Tengo que reconocer que, desde niña, soy muy coqueta y siempre me ha gustado cuidarme. Tal vez porque mis amigas eran más guapas, altas y atractivas que yo. Unos “pibones”, como dirían los jóvenes de hoy. Cuando te ocurre eso, intentas activar la imaginación para potenciar las muchas o pocas virtudes que puedas tener. Es cuando descubres el placer de cuidarte..
Yo me he apuntado a una novedad que me aportó «purificarme por dentro…y que ya se me nota por fuera». HIDRO LINFA es una metodología correctiva y preventiva, que actúa en el organismo directamente. Su aplicación, que consiste en algo tan simple como sumergir los pies en agua con sal, donde unos electrodos serán los perfectos conducores terapeúticos. Sus ventajas se traducen en un equilibrio para el organismo, desintoxicación rápida, regulación del colesterol y de la circulación sanguínea, pero también ayuda en la prevención de enfermedades cardiovasculares, migrañas, reducción de la celulitis y de la diabetes…y unos cuantos beneficios más.
Los milagros no existen, pero sí los cambios como consecuencia de la constancia y la disciplina. Soy una defensora del cuidado permanente, de los tratamientos y cuidados constantes a lo largo de tiempo. Sólo así conseguiremos los resultados que nos aseguran en los centros de estética. HIDRO LINFA recomienda un tratamiento de choque, que serían seis días continuados de una sesión, o en su defecto una cada quince días con un intenso masaje previo a lasesión. Esta es la opción que yo he elegido y os puedo asegurar que tiene un efecto depurativo y de bienestar interno….que se nota por fuera.