EL DILEMA…¿SAM O JAMIE?

Siempre he sido una fan absoluta de la radio. El no ver a la persona que, a través de su voz, te ponía al día de lo acontecido, era un plus en el misterio de ese medio fascinante. Recuerdo que muchos amigos me decían «no quieras conocer a quien habla, te desencantará». Y, en alguna ocasión, así fue. El destino quiso que, en una etapa larga de mi vida profesional, trabajara en el mundo de las ondas y eso confirmaba, en parte, la teoría de que cultivar ese misterio, desarrollar el trabajo acogido al anonimato físico de cara al oyente, era un plus en el éxito.

Las voces de muchos compañeros, con los que compartía pasillo y redacción, nada tenían que ver con su apariencia. Tal vez por ello, como oyente, nunca quise imaginar cómo sería esa persona que me cautivaba con su voz y hacía que le sintonizara cada día. Ahora las cosas son distintas. La mayoría de las estrellas de la radio son conocidas por el gran público. Les ponemos cara y comprobamos, en algunos casos, que esa potente voz o esa melodiosa forma de expresarse poco tienen que ver con su físico. Y eso, en algunos casos concretos, hace que se desvanezca un poco ese encanto que suele tener lo desconocido.

Con la televisión, el poder de la imagen prevalece. No hay engaños, ni espacio para el desencanto. Lo que vemos es lo que hay. Sin embargo, en el cine sí hay margen para la sorpresa. estamos en un país donde, salvo en contadas excepciones, las películas se proyectan dobladas. Eso imposibilita conocer la voz real de los actores y actrices. Y esta circunstancia también te lleva a dejar volar la imaginación y, en consecuencia, muchas veces la sorpresa es mayúscula. Para bien y para mal.

Recuerdo, por ejemplo, la primera vez que entrevisté a Harrison Ford. No conocía su tono de voz real porque, hace años, no teníamos tanto acceso como hoy a la posibilidad de recurrir a los subtítulos. Los trailers y clips de trabajo ya nos los facilitaban doblados, así que saber cómo hablaba el intérprete de turno era una incógnita. Tal vez eso es lo que hizo que, ante el mítico Indiana Jones, me quedase sin palabras en los primeros instantes de esa primera entrevista. Ya comenté varias veces que Ford es de los actores que imponen con su simple presencia, algo muy similar a lo que ocurría con Sean Connery. Su voz es profunda, seca, grave. Y eso añadía un plus de respeto y nervios.

Con Sam Heughan, el impactante protagonista de «Outlander», que ha visitado Madrid estos días, no me ha ocurrido lo mismo porque su voz original ya la conocía al tener la opción de ver la serie en versión original. Sin embargo, sí tuve «un desfase» respecto a su físico. El escocés tiene una presencia apabullante que, en la serie, muestra en todo su esplendor tanto vestido como sin aditamentos estéticos. Da igual que esté con uniforme, harapos o simplemente luciendo su piel. Sam impacta pero, si tengo que poner una pega, siento reconocer que pierde unos cuantos enteros al cortarse la melena. Y de esa forma, sin sus rizos y coleta, es como le vimos en su visita española.

Divertido, irónico, extrovertido. Dos motivos le trajeron de visita: recibir, junto a otros muchos, el premio al «Hombre de año» de la revista Esquire y anunciar la próxima llegada de la séptima temporada de la serie a Movistar+, así como mantener un masivo encuentro con sus fans españolas en un cine de la Gran Vía. Su entrada en el recinto despertó los más bajos instintos. Muchas veces me he preguntado qué pensará un actor como Sam que, cuando aparece ante un auditorio, lo que escucha son gritos atronadores y piropos, a veces, irreproducibles. Siempre me han producido mucha vergüenza este tipo de situaciones, esa es la verdad. Tal vez tengo muy acentuado el pudor o sentido del ridículo, pero la pasión o admiración por alguien se puede manifestar de otra forma.

Nueve son los libros publicados de Diana Gabaldón, autora de la saga ahora internacionalmente conocida, que ha anunciado una décima entrega, en la que conoceremos el final de la historia de amor de Jamie y Claire. La serie, según quienes han leído toda la bibliografía, sigue de manera bastante fiel la estela de amor, historia y ciencia ficción que se refleja en ellos. Outlander sigue la historia de Claire Beauchamp, una enfermera que sirve en el frente en el lado del ejército británico durante la Segunda Guerra Mundial. Vive con su marido Frank Randall y, durante unas vacaciones en la ciudad escocesa de Inverness, es misteriosamente transportada a través del tiempo hasta la Escocia de 1743, donde conoce al noble y valiente Jamie Fraser. A partir de ahí, nace el fenómeno que tiene conquistado al mundo…

Fotogramas de la serie y fotos posadas Movistar+

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