La Mostra de Venecia, que en esta edición ha cumplido esos 70 años que muchos identifican con «la tercera edad», toca a su fin con más pena que gloria. Eso sí, nada como una boda (tres para ser más exactos) para cerrar con algarabía, sonrisas y felicidad un certamen que ha brillado en momentos puntuales. El magnetismo de George Clooney eclipsó incluso a la sensual Scarlett Johansson, que arrancó los primeros silbidos del festival…y no precisamente por su voluptuosa figura.

El buen sabor de boca y esa sensación placentera, que deja una película que lo que pretende es entretener gracias a un guión bien encadenado y unas interpretaciones más que solventes, vinieron de una producción española. 3 BODAS DE MÁS (Warner Bros Spain), con Inma Cuesta y Martiño Rivas al frente de un reparto muy adictivo ( entre los que destacan María Botto, Paco León, Laura Sánchez, Quim Gutierrez y Rossy de Palma) arrancó los primeros aplausos de una crítica que siempre responde a su nombre en los festivales internacionales, donde sus pataleos son recibidos con pavor y sus sonrisas con alivio.

¿Hay algo peor que un ex novio te invite a su boda?..pues sí ¡que te inviten tres en un mes!, no saber decirles que no y que el único al que consigas convencer para que te acompañe sea tu nuevo becario (Martiño Rivas). Eso es lo que le pasa a Esther (Inma Cuesta).No acierta con sus parejas. Un alérgico al compromiso (Berto Romero), un surfista pasado de rosca (Paco León) y un transexual convertido en pibón (Laura Sánchez) fueron su pasado y ahora tiene que «soportar» que se casen con otra/o..
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La proyección de la comedia en Venecia eclipsó la sección oficial. Una película muy coral, en la que destaca por méritos propios Inma Cuesta, una actriz polivalente que ya demostró su potencial dramático en LA VOZ DORMIDA, INVASOR, GRUPO 7, BLANCANIEVES y la confirmación como experta en comedia en 3 BODAS DE MÁS. La he bautizado como la «Katherine Hepburn española», porque su registro interpretativo se acerca mucho al de la única actriz en la historia poseedora de cuatro Oscar de Hollywood.

«¡Esas son palabras mayores! pero igual podía hacer «La fiera de mi niña» (risas), me dice Inma en Venecia. Se prepara para la presentación de la película ante el público. La «resaca» del estreno ante la crítica ha sido altamente positiva, «pero yo soy muy cauta. Después de hacer varios personajes con perfil dramático, me lancé a la piscina y sin red para este personaje cómico. Soy una aventurera del riesgo y, al parecer, el resultado ha respondido a las expectativas. Hasta que pasen dos días y vaya reposando todo lo vivido hasta ahora, no podré hacer una valoración objetiva de todo».
Por razones que no alcanzo a entender del todo, la comedia es un género muy denostado cuando se trata de premios. La interpretación de Inma como Ruth pide a gritos un Goya. Sería un reconocimiento a su valía como actriz multi-registros y, también, para la propia comedia que siempre ha estado considerada como «algo menor».
«Te lo digo de corazón, el mérito no es sólo mío. Si te rodean de un elenco de actores, como los que participan en la película, que llevan la comedia en las venas ¡es fácil activar tu creatividad!. El director me permitía improvisar y eso, en ocasiones, ha sido muy estimulante».
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Inma y Martiño han sido debutantes en la Mostra. Cada instante, cada movimiento, cada pregunta, cada gesto han sido una novedad. «Estar aquí y vivir todo esto te hace sentir que formas parte de algo importante«, dice el actor. A la espera del estreno en España de la película (5 de diciembre), lo vivido es ya un regalo. Venecia se ha rendido ya a la comedia española. La taquilla tiene ahora la última palabra..
Fotos: Olivia Fernández / Warner Bros Spain
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Publicado por Amalia Enriquez
Periodista autónoma. Desde Pontevedra al mundo. Estrategias de Comunicación. CEO & FOUNDER "Red Carpet Films" (estrategias de comunicación, prensa, marketing y eventos) www.redcarpetfilms.es
Miembro de AICE, Premios Feroz, Academia de Cine y Academia de la TV.
“Siempre quise ser lo que soy, desde muy niña. Porque el periodismo es más que una carrera, es una forma de ver y entender la vida. Es una pasión. Solo sintiéndola eres capaz de sobrellevar la montaña rusa que genera este trabajo. No solo su carrusel de emociones, sino también sus incertidumbres. Aun así, con todos los momentos de desánimo a la espalda, nunca la cambiaría por nada. No sé hacer otra cosa. Esta profesión me ha dado más de lo soñado y ha puesto en mi camino a personas que son ya “mi otra familia”. Sé que nunca me jubilaré, que me iré siendo lo que soy y sin olvidarme nunca de la máxima que he tenido todos estos años como brújula: “Lo difícil se consigue, lo imposible se intenta” Ver todas las entradas de Amalia Enriquez